«¡¡¡¡Mi hija!!!!»
Solo recuerdo de ese día gritar «¡mi bebé!», «¡mi hija!», llorar, llorar, llorar y sentirme desgarrada. Quería estar a solas contigo por última vez y no soltarte. No estaba preparada para decirte adiós, aunque ¿quién lo está? ¿Y luego? Luego es igual, solo tú y yo sabemos el camino que recorremos desde aquel fatídico día. Sólo nosotras, que estamos unidas a vosotros por ese cordón umbilical, sabemos, como toda madre, que es para TODA LA VIDA.
Entonces, ¿por qué quieres que olvide? ¿Por qué no ves en mí la maternidad? Somos madres, somos supervivientes del dolor más desgarrador del que una mujer se tiene que recomponer. Somos personas con un duelo tan real como el del que pierde cualquier pariente, que se permite llorar y recordarlo en sus fechas señaladas. ¿Por qué entonces no me das, por favor, la mano y me ayudas a caminar este día tan difícil para mí?; y de paso cada día, porque cada día siento dolor por el amor del bebé que perdí.
MAMÁ
Madres valientes, madres de brazos vacíos y corazón desgarrado, hoy también es vuestro día ️
